Genesis 27, 1-2


Jacob suplanta a Esaú en la bendición paterna.
Como hubiese envejecido Isaac y ya no viese por tener debilitados sus ojos, llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: «¡Hijo mío!» Él respondió: «Aquí estoy.» «Mira, dijo, me he hecho viejo e ignoro el día de mi muerte.
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