Hageo  1, 1-11


La reconstrucción del Templo.
El año segundo del rey Darío, el día primero del sexto mes, fue dirigida la palabra de Yahvé, por medio del profeta Ageo, a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, y a Josué, hijo de Josadac, sumo sacerdote, en estos términos: Así dice Yahvé Sebaot: Este pueblo dice: «¡Todavía no ha llegado el momento de reedificar el Templo de Yahvé!» (Dirigió entonces Yavé la palabra, por medio del profeta Ageo, en estos términos:) ¿Os ha llegado acaso el momento de habitar en casas artesonadas, mientras esta Casa está en ruinas? Pues ahora, así dice Yahvé Sebaot: Prestad atención a la situación en que os halláis. Habéis sembrado mucho y cosechado poco; habéis comido, pero sin quitar el hambre; habéis bebido, pero sin apagar la sed; os habéis vestido, mas sin calentaros; y el jornalero ha metido su jornal en saco roto. Así dice Yahvé Sebaot: Prestad atención a la situación en que os halláis. Subid a la montaña, traed madera y reedificad el Templo; yo la aceptaré gustoso y me sentiré honrado, dice Yahvé. Esperabais mucho, y bien poco es lo que hay. Y lo que metisteis en casa yo lo aventé. ¿Por qué? —oráculo de Yahvé Sebaot— Porque mi Casa está en ruinas, mientras vosotros os cobijáis cada uno en su casa. Por eso, por culpa vuestra, los cielos han negado la lluvia y la tierra ha negado su producto. Yo he convocado a la sequía sobre la tierra y sobre los montes, sobre el trigo, el mosto y el aceite, sobre todo lo que produce el suelo, sobre los hombres y el ganado, y sobre todos vuestros trabajos.
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