Hechos 2, 25-31

porque David dice refiriéndose a él:
Veía constantemente al Señor delante de mí,
puesto que está a mi derecha para que no vacile.
Por eso se ha alegrado mi corazón
y alborozado mi lengua,
y hasta mi carne reposará, en la esperanza
de que no abandonarás mi alma en el Hades
ni permitirás que tu santo experimente la corrupción.
Me has hecho conocer caminos de vida,
me llenarás de gozo con tu presencia.
«Hermanos, permitidme que os diga con toda franqueza que el patriarca David murió y fue sepultado y su tumba permanece entre nosotros hasta el presente. Pero como él era profeta y sabía que Dios le había asegurado con juramento que se sentaría en su trono uno de su linaje, vio el futuro y habló de la resurrección de Cristo, que ni fue abandonado en el Hades ni su carne experimentó la corrupción.
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