Hechos 20, 5-12

Éstos se adelantaron y nos esperaron en Tróade. Nosotros, después de los días de los Ázimos, nos embarcamos en Filipos y al cabo de cinco días nos unimos a ellos en Tróade donde pasamos siete días.
En Tróade. Pablo resucita un muerto.
El primer día de la semana, estando nosotros reunidos para la fracción del pan, Pablo, que debía marchar al día siguiente, disertaba ante ellos y alargó la charla hasta la media noche. Había abundantes lámparas en la estancia superior donde estábamos reunidos. Un joven, llamado Eutico, estaba sentado en el borde de la ventana; un profundo sueño le iba dominando a medida que Pablo alargaba su discurso. Vencido por el sueño se cayó del piso tercero abajo. Lo levantaron ya muerto. Bajó Pablo, se echó sobre él y tomándole en sus brazos dijo: «No os inquietéis, pues su alma está en él.» Subió luego; partió el pan y comió; después conversó largo tiempo, hasta el amanecer. Entonces se marchó. Trajeron al muchacho vivo y se consolaron no poco.
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