Hechos 22, 17-21

«Habiendo vuelto a Jerusalén y estando en oración en el Templo, caí en éxtasis; y le vi a él que me decía: “Date prisa y marcha inmediatamente de Jerusalén, pues no recibirán tu testimonio acerca de mí.” Yo respondí: “Señor, ellos saben que yo andaba por las sinagogas encarcelando y azotando a los que creían en ti; y cuando se derramó la sangre de tu testigo Esteban, yo también me hallaba presente, y lo aprobaba y guardaba los vestidos de los que le mataban.” Y me dijo: “Marcha, porque yo te enviaré lejos, a los gentiles”.»
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