Hechos 7, 2-53

Él respondió:
«Hermanos y padres, escuchad. El Dios de la gloria se apareció a nuestro padre Abrahán cuando estaba en Mesopotamia, antes de que se estableciese en Jarán y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela y vete a la tierra que yo te muestre. Entonces salió de la tierra de los caldeos y se estableció en Jarán. Y después de morir su padre, Dios le hizo emigrar de allí a esta tierra que vosotros habitáis ahora. Y no le dio en ella en heredad ni la huella de un pie; sino que prometió dársela en posesión a él y a su descendencia después de él , aunque no tenía ningún hijo. Dios habló así: Tus descendientes residirán como forasteros en tierra extraña y les esclavizarán y les maltratarán durante cuatrocientos años. Pero yo juzgaré —dijo Dios— a la naión a la que sirvan como esclavos, y después saldrán y me darán culto en este mismo lugar. Le dio, además, la alianza de la circuncisión; y así, habiendo engendrado a Isaac, Abrahán le circuncidó el octavo día, y lo mismo Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas. «Los patriarcas, por envidia, vendieron a José con destino a Egipto . Pero Dios estaba con él y le libró de todas sus tribulaciones y le dio gracia y sabiduría ante Faraón, rey de Egipto, quien le nombró gobernador de Egipto y de toda su casa. Sobrevino entonces en todo Egipto y Canaán hambre y gran tribulación; nuestros padres no encontraban víveres. Pero al oír Jacob que había trigo en Egipto , envió a nuestros padres un primer viaje; en el segundo viaje José se dio a conocer a sus hermanos. Faraón conoció el linaje de José. José envió a buscar a su padre Jacob y a toda su parentela: setenta y cinco personas. Jacob bajó a Egipto donde murió él y también nuestros padres; y fueron trasladados a Siquén y depositados en el sepulcro que había comprado Abrahán a precio de plata a los hijos de Jamor, padre de Siquén. «Conforme se iba acercando el tiempo de la promesa que Dios había hecho a Abrahán, el pueblo creció y se multiplicó en Egipto, hasta que se alzó un nuevo rey en Egipto que no había conocido a José . Obrando astutamente contra nuestro linaje, este rey maltrató a nuestros padres hasta obligarles a exponer los recién nacidos, para que no vivieran . En esta coyuntura nació Moisés, que era hermoso a los ojos de Dios, que durante tres meses fue criado en la casa de su padre; después fue expuesto y le adoptó la hija de Faraón , quien le crió como hijo suyo . Moisés fue educado en toda la sabiduría de los egipcios y era poderoso en sus palabras y en sus obras. «Cuando cumplió la edad de cuarenta años, se le ocurrió la idea de visitar a sus hermanos, los hijos de Israel . Y al ver que uno de ellos era maltratado, tomó su defensa y vengó al oprimido matando al egipcio . Pensaba que sus hermanos comprenderían que Dios les daría la salvación por su mano; pero ellos no lo comprendieron. Al día siguiente se les presentó mientras estaban peleándose y trataba de ponerles en paz diciendo: “Amigos, que sois hermanos, ¿por qué os maltratáis uno a otro?” Pero el que maltrataba a su compañero le rechazó diciendo: “ ¿Quién te ha nombrado jefe y juez sobre nosotros? ¿Es que quieres tú matarme a mí como mataste ayer al egipcio?” Al oír esto Moisés huyó y vivió como forastero en la tierra de Madián , donde tuvo dos hijos. «Al cabo de cuarenta años se le apareció un ángel en el desierto del monte Sinaí, sobre la llama de una zarza ardiendo. Moisés se maravilló al ver la visión, y al acercarse a mirarla, se dejó oír la voz del Señor : “Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob .” Moisés temblaba y no se atrevía a mirar . El Señor le dijo: “Quítate las sandalias de los pies, pues el lugar donde estás es tierra santa. Bien vista tengo la opresión de mi pueblo que está en Egipto y he oído su gemido y he bajado a librarles. Y ahora ven, que te enviaré a Egipto.” «A este Moisés, de quien renegaron diciéndole: ¿quién te ha nombrado jefe y juez?, a éste envió Dios como jefe y redentor por mano del ángel que se le apareció en la zarza. Éste los sacó, realizando prodigios y signos en la tierra de Egipto , en el mar Rojo y en el desierto durante cuarenta años . Éste es el Moisés que dijo a los israelitas: Dios os suscitará un profeta como yo de entre vuestros hermanos. Éste es el que, en la asamblea del desierto, estuvo con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres; el que recibió palabras de vida para comunicárnoslas. Pero nuestros padres no quisieron obedecerle, sino que le rechazaron y en su corazón se volvieron hacia Egipto, y dijeron a Aarón: “Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque ese Moisés que nos sacó de la tierra de Egipto no sabemos qué ha sido de él.” E hicieron aquellos días un becerro y ofrecieron un sacrificio al ídolo e hicieron una fiesta a la obra de sus manos. Entonces Dios se apartó de ellos y los entregó al culto del ejército del cielo, como está escrito en el libro de los Profetas:
¿Es que me ofrecisteis víctimas y sacrificios
durante cuarenta años en el desierto, casa de Israel?
Os llevasteis la tienda de Moloc
y la estrella del dios Refán,
las imágenes que hicisteis
para adorarlas;
pues yo os trasladaré más allá de Babilonia. «Nuestros padres tenían en el desierto la Tienda del Testimonio, como el que hablaba con Moisés le mandó hacerla según el modelo que había visto. Nuestros padres que les sucedieron la recibieron en herencia y la introdujeron bajo el mando de Josué en el país ocupado por los gentiles, a los que Dios expulsó delante de nuestros padres, hasta los días de David, que halló gracia ante Dios y pidió disponer de una morada para la casa de Jacob . Pero fue Salomón el que le edificó casa , aunque el Altísimo no habita en casas fabricadas por manos humanas como dice el profeta: El cielo es mi trono
y la tierra el escabel de mis pies.
Dice el Señor: ¿Qué casa me vais a construir?
O ¿cuál será el lugar de mi descanso?
¿Es que no ha hecho mi mano todas estas cosas? «¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! ¡Vosotros siempre ofrecéis resistencia al Espíritu Santo! ¡Como vuestros padres, así vosotros! ¿A qué profeta no persiguieron vuestros padres? Ellos mataron a los que habían anunciado de antemano la venida del Justo, de aquel a quien vosotros ahora habéis traicionado y asesinado; vosotros que recibisteis la Ley por mediación de ángeles y no la habéis guardado.»
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