Hechos 7, 2-6

Él respondió:
«Hermanos y padres, escuchad. El Dios de la gloria se apareció a nuestro padre Abrahán cuando estaba en Mesopotamia, antes de que se estableciese en Jarán y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela y vete a la tierra que yo te muestre. Entonces salió de la tierra de los caldeos y se estableció en Jarán. Y después de morir su padre, Dios le hizo emigrar de allí a esta tierra que vosotros habitáis ahora. Y no le dio en ella en heredad ni la huella de un pie; sino que prometió dársela en posesión a él y a su descendencia después de él , aunque no tenía ningún hijo. Dios habló así: Tus descendientes residirán como forasteros en tierra extraña y les esclavizarán y les maltratarán durante cuatrocientos años.
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