Hebreos 3, 7-11


La entrada en el descanso de Dios.
Por eso, como dice el Espíritu Santo: Si hoy escucháis su voz, no endurezcáis vuestros corazones como cuando le irritaron, el día de la prueba en el desierto, cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, después de haber visto mis obras durante cuarenta años. Por eso me irrité contra aquella generación y dije: Siempre andan extraviados sus corazones; no reconocen mis caminos. Por eso juré con ira: ¡No entrarán en mi descanso!
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