II Macabeos 4, 38

Encendido en ira, despojó inmediatamente a Andrónico de la púrpura y desgarró sus vestidos. Lo hizo conducir por toda la ciudad hasta el mismo lugar donde tan impíamente había tratado a Onías; allí hizo desaparecer de este mundo al criminal, a quien el Señor daba el merecido castigo.
Ver contexto