Isaías 10, 12-15

Pues bien, cuando hubiere dado remate el Señor a todas sus empresas en el monte Sión y en Jerusalén, pasará revista al fruto del engreimiento del rey de Asiria y al orgullo altivo de sus ojos.
Porque dijo:
«Con el poder de mi mano lo hice,
y con mi sabiduría, porque soy inteligente,
he borrado las fronteras de los pueblos,
sus almacenes he saqueado,
y he abatido como un fuerte a sus habitantes.
Como un nido ha alcanzado mi mano
la riqueza de los pueblos,
y como se recogen huevos abandonados,
he recogido yo toda la tierra,
y no hubo quien aleteara
ni abriera el pico ni piara.»
¿Acaso se jacta el hacha
frente al que corta con ella?,
¿o se tiene por más grande
la sierra que el que la blande?;
¡como si la vara moviera al que la levanta!,
¡como si a quien no es madera el bastón alzara!
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