Isaías 2, 6-21


El esplendor de la majestad de Yahvé.
Has desechado a tu pueblo,
la Casa de Jacob,
porque estaban llenos de adivinos
y evocadores, como los filisteos,
y con extraños chocan la mano;
se llenó su tierra de plata y oro,
y no tienen límite sus tesoros;
se llenó su tierra de caballos,
y no tienen límite sus carros;
se llenó su tierra de ídolos,
ante la obra de sus manos se inclinan,
ante lo que hicieron sus dedos.
Se humilla el hombre, y se abaja el varón:
pero no les perdones.
Entra en la peña,
húndete en el polvo,
lejos de la presencia pavorosa de Yahvé
y del esplendor de su majestad,
cuando él se alce
para hacer temblar la tierra.
Los ojos altivos del hombre serán abajados,
se humillará la altanería humana,
y será exaltado Yahvé solo
en aquel día.
Pues será aquel día de Yahvé Sebaot
para toda depresión, que será enaltecida,
y para todo lo levantado, que será rebajado;
contra todos los cedros del Líbano altos y elevados,
contra todas las encinas de Basán,
contra todos los montes altos,
contra todos los cerros elevados,
contra toda torre prominente,
contra todo muro inaccesible,
contra todas las naves de Tarsis,
contra todos los barcos cargados de tesoros.
Se humillará la altivez del hombre,
y se abajará la altanería humana;
será exaltado Yahvé solo, en aquel día,
y los ídolos completamente abatidos.
Entrarán en las grietas de las peñas
y en las hendiduras de la tierra,
lejos de la presencia pavorosa de Yahvé
y del esplendor de su majestad,
cuando él se alce
para hacer temblar la tierra.
Aquel día arrojará el hombre a los musgaños y a los topos los ídolos de plata y los ídolos de oro que él se hizo para postrarse ante ellos,
y se meterá en los agujeros de las peñas
y en las hendiduras de las piedras,
lejos de la presencia pavorosa de Yahvé
y del esplendor de su majestad,
cuando él se alce
para hacer temblar la tierra.
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