Isaías 24, 7-9


La ciudad destruida.
El mosto estaba triste, la viña mustia:
se trocaron en suspiros todas las alegrías del corazón.
Cesó el alborozo de los tímpanos,
suspendióse el estrépito de los alegres,
cesó el alborozo del arpa.
No beben vino cantando:
amarga el licor a sus bebedores.
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