Isaías 27, 10-11

pues la ciudad fortificada ha quedado solitaria,
mansión dejada y abandonada
como un desierto
donde el novillo pace,
se tumba y ramonea.
Cuando se seca su ramaje es quebrado en astillas,
vienen mujeres y le prenden fuego.
Por no ser éste un pueblo inteligente,
por eso no le tiene piedad su Hacedor,
su Plasmador no le otorga gracia.
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