Isaías 28, 24-28

¿Es que día a día labra el labriego?
Sólo para sembrar abre y rompe el suelo.
Una vez que iguala su superficie,
¿no esparce la neguilla, y el comino a voleo,
y pone el trigo, la cebada y la espelta,
cada cosa en su terreno?
Quien le dirige al acierto,
quien le amaestra es su Dios.
Como tampoco con trillo se trabaja la neguilla,
ni se hace rodar carreta sobre el comino,
pues con mayal se varea la neguilla,
y el comino se vapulea.
Tríllase el cereal,
pero no hasta triturarlo:
rodando la carreta,
se monda sin triturarlo.
Ver contexto