Isaías 29, 17-21

¿Acaso no falta sólo un poco
para que el Líbano se convierta en vergel,
y el vergel se considere una selva?
Oirán aquel día los sordos
palabras de un libro,
y desde la tiniebla y desde la oscuridad
los ojos de los ciegos las verán,
los pobres volverán a alegrarse en Yahvé,
y los hombres más pobres en el Santo de Israel se regocijarán.
Porque se habrán terminado los tiranos,
se habrá acabado el hombre burlador,
y serán exterminados todos los que desean el mal;
los que declaran culpable a otro con su palabra
y tienden lazos al que juzga en la puerta,
y desatienden al justo por una nonada.
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