Isaías 30, 27-33


Contra Asiria.
He aquí que el nombre de Yahvé viene de lejos,
ardiente su ira y pesada su opresión.
Sus labios llenos están de furor,
su lengua es como fuego que devora,
y su aliento como torrente desbordado,
que cubre hasta el cuello.
Cribará a las naciones con criba nefasta,
pondrá el bocado de sus bridas en la mandíbula de sus pueblos.
Vosotros cantaréis
como en la noche de santificar fiesta;
se os alegrará el corazón
como el de quien va al son de flauta
a entrar en el monte de Yahvé,
a la Peña de Israel.
Hará oír Yahvé la majestad de su voz,
y mostrará la descarga de su brazo
con ira inflamada y llama de fuego devoradora,
turbión, aguacero y granizo.
Pues por la voz de Yahvé será hecha añicos Asiria:
con un bastón le golpeará.
A cada pasada de la vara de castigo
que Yahvé descargue sobre ella,
con adufes y con arpas,
y con guerras de sacudir las manos guerreará contra ella.
Porque de antemano está preparado un Tófet
—también para el rey—
un foso profundo y ancho;
hay paja y madera en abundancia.
El aliento de Yahvé,
cual torrente de azufre, lo enciende.
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