Isaías 32, 9-14


Contra las mujeres de Jerusalén.
Mujeres indolentes, ¡arriba!,
oíd mi voz;
hijas confiadas,
escuchad mi palabra.
Dentro de un año y algunos días
temblaréis las que confiáis,
pues se habrá acabado la vendimia
para no volver más.
Espantaos, indolentes,
temblad, confiadas,
desvestíos, desnudaos,
ceñid vuestra cintura,
golpeaos el pecho,
por los campos atrayentes,
por las viñas fructíferas.
Sobre el solar de mi pueblo
zarza y espino crecerá,
y también sobre todas las casas de placer
de la villa alegre,
porque el alcázar habrá sido abandonado,
el genio de la ciudad habrá desaparecido;
Ofel y el Torreón quedarán en adelante
vacíos por siempre,
para delicia de asnos
y pastizal de rebaños.
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