Isaías 41, 10-16

No temas, que contigo estoy yo;
no receles, que yo soy tu Dios.
Yo te he robustecido y te he ayudado,
y te tengo asido con mi diestra justiciera.
¡Oh! Se avergonzarán y confundirán
todos los abrasados en ira contra ti.
Serán como nada y perecerán
los que buscan querella.
Los buscarás y no los hallarás
a los que disputaban contigo.
Serán como nada y nulidad
los que te hacen la guerra.
Porque yo, Yahvé tu Dios,
te tengo asido por la diestra.
Soy yo quien te digo: «No temas,
yo te ayudo.»
No temas, gusano de Jacob,
gente de Israel:
yo te ayudo —oráculo de Yahvé—,
y tu redentor es el Santo de Israel.
He aquí que te he convertido en trillo nuevo,
de dientes dobles.
Triturarás los montes y los desmenuzarás,
y los cerros convertirás en tamo.
Los beldarás, y el viento se los llevará,
y una ráfaga los dispersará.
Y tú te regocijarás en Yahvé,
en el Santo de Israel te gloriarás.
Ver contexto