Isaías 51, 21-22

Por eso, escucha esto, pobrecilla,
ebria, pero no de vino.
Así dice tu Señor Yahvé,
tu Dios, defensor de tu pueblo.
Mira que yo te quito de la mano
la copa del vértigo,
el cáliz de mi ira;
ya no tendrás que seguir bebiéndolo.
Ver contexto