Isaías 52, 14-15

Así como se asombraron de él muchos
—pues tan desfigurado tenía el aspecto que no parecía hombre,
ni su apariencia era humana—,
otro tanto se admirarán muchas naciones;
ante él cerrarán los reyes la boca,
pues lo que nunca se les contó verán,
y lo que nunca oyeron reconocerán.
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