Isaías 54, 8-9

En un arranque de furor te oculté
mi rostro por un instante,
pero con amor eterno te he compadecido
—dice Yahvé tu Redentor—.
Será para mí como en tiempos de Noé:
como juré que no pasarían
las aguas de Noé más sobre la tierra,
así he jurado que no me irritaré más contra ti,
ni te amenazaré.
Ver contexto