Isaías 55, 6-11

Buscad a Yahvé mientras se deja encontrar,
llamadle mientras está cercano.
Deje el malo su camino,
el hombre inicuo sus pensamientos,
y vuélvase a Yahvé, que tendrá compasión de él,
a nuestro Dios, que será grande en perdonar.
Porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos,
ni vuestros caminos son mis caminos —oráculo de Yahvé—.
Porque cuanto aventajan los cielos a la tierra,
así aventajan mis caminos a los vuestros
y mis pensamientos a los vuestros.
Como descienden la lluvia y la nieve de los cielos
y no vuelven allá, sino que empapan la tierra,
la fecundan y la hacen germinar,
para que dé simiente al sembrador y pan para comer,
así será mi palabra, la que salga de mi boca,
que no tornará a mí de vacío,
sin que haya realizado lo que me plugo
y haya cumplido aquello a que la envié.
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