Isaías 55, 6-13

Buscad a Yahvé mientras se deja encontrar,
llamadle mientras está cercano.
Deje el malo su camino,
el hombre inicuo sus pensamientos,
y vuélvase a Yahvé, que tendrá compasión de él,
a nuestro Dios, que será grande en perdonar.
Porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos,
ni vuestros caminos son mis caminos —oráculo de Yahvé—.
Porque cuanto aventajan los cielos a la tierra,
así aventajan mis caminos a los vuestros
y mis pensamientos a los vuestros.
Como descienden la lluvia y la nieve de los cielos
y no vuelven allá, sino que empapan la tierra,
la fecundan y la hacen germinar,
para que dé simiente al sembrador y pan para comer,
así será mi palabra, la que salga de mi boca,
que no tornará a mí de vacío,
sin que haya realizado lo que me plugo
y haya cumplido aquello a que la envié.

Conclusión del libro.
Sí, con alegría saldréis,
y en paz seréis traídos.
Los montes y las colinas
romperán ante vosotros en gritos de júbilo,
y todos los árboles del campo batirán palmas.
En lugar del espino crecerá el ciprés,
en lugar de la ortiga crecerá el mirto.
Será para renombre de Yahvé,
para señal eterna que no será borrada.
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