Isaías 56, 9-12

Bestias todas del campo, venid a comer,
bestias todas del bosque.

Indignidad de los jefes.
Sus vigías están ciegos, ninguno se entera;
todos ellos perros mudos, no pueden ladrar.
Los videntes se acuestan (porque) quieren dormir.
Esos perros fieros no saben de hartura,
¡y ellos, irracionales, son los pastores!
Cada uno tiró por su lado,
cada cual a su medro por su esquina.
«Venid, que saco vino,
emborrachémonos de licor,
y que sea como hoy el mañana,
o muchísimo mejor.»
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