Isaías 59, 16-17

Vio que no había nadie
y se maravilló de que no hubiera intercesor.
Entonces le salvó su brazo
y su justicia le sostuvo.
Se puso la justicia como coraza
y el casco de salvación en su cabeza.
Se puso como túnica vestidos de venganza
y se vistió el celo como un manto.
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