Isaías 59, 16-18

Vio que no había nadie
y se maravilló de que no hubiera intercesor.
Entonces le salvó su brazo
y su justicia le sostuvo.
Se puso la justicia como coraza
y el casco de salvación en su cabeza.
Se puso como túnica vestidos de venganza
y se vistió el celo como un manto.
Según los merecimientos así pagará:
ira para sus opresores y represalia para sus enemigos.
Dará a las islas su merecido.
Ver contexto