Isaías 64, 9-10

Tus ciudades santas han quedado desiertas,
Sión desierta ha quedado, Jerusalén desolada.
Nuestro templo santo y glorioso,
en donde te alabaron nuestros padres,
ha parado en hoguera de fuego,
y todas nuestras cosas más queridas
han parado en ruinas.
Ver contexto