Isaías 66, 18-24


Discurso escatológico.
Yo vengo a reunir a todas las naciones y lenguas; vendrán y verán mi gloria. Pondré en ellos señal y enviaré de ellos algunos escapados a las naciones: a Tarsis, Put y Lud, Mésec, Ros, Túbal, Yaván; a las islas remotas que no oyeron mi fama ni vieron mi gloria. Ellos anunciarán mi gloria a las naciones. Y traerán a todos vuestros hermanos de todas las naciones como oblación a Yahvé —en caballos, carros, literas, mulos y dromedarios— a mi monte santo de Jerusalén —dice Yahvé—, como traen los hijos de Israel la oblación en recipiente limpio al templo de Yahvé. Y también de entre ellos tomaré para sacerdotes y levitas —dice Yahvé—.
Porque así como los cielos nuevos
y la tierra nueva que yo hago
permanecen en mi presencia —oráculo de Yahvé—,
así permanecerá vuestra raza y vuestro nombre.
Así pues, de luna en luna nueva
y de sábado en sábado,
vendrá todo el mundo a prosternarse
ante mí —dice Yahvé—.
Y en saliendo, verán
los cadáveres de aquellos
que se rebelaron contra mí;
su gusano no morirá,
su fuego no se apagará,
y serán el asco de todo el mundo.
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