Isaías 9, 5-6

Porque una criatura nos ha nacido,
un hijo se nos ha dado.
Estará el señorío sobre su hombro,
y se llamará su nombre
«Maravilla de Consejero»,
«Dios Fuerte»,
«Siempre Padre»,
«Príncipe de Paz».
Grande es su señorío, y la paz no tendrá fin
sobre el trono de David y sobre su reino,
para restaurarlo y consolidarlo
por la equidad y la justicia.
Desde ahora y hasta siempre,
el celo de Yahvé Sebaot hará eso.
Ver contexto