Jeremías  1, 5-8

Antes de haberte formado yo en el vientre, te conocía,
y antes que nacieses, te tenía consagrado:
yo profeta de las naciones te constituí.
Yo dije: «¡Ah, Señor Yahvé! Mira que no sé expresarme, que soy un muchacho.»
Y me dijo Yahvé:
No digas: «Soy un muchacho»,
pues adondequiera que yo te envíe irás,
y todo lo que te mande dirás.
No les tengas miedo,
que contigo estoy para salvarte
—oráculo de Yahvé—.
Ver contexto