Jeremías  17, 21-27

Así dice Yahvé: «Guardaos, por vida vuestra, de llevar carga en día de sábado y meterla por las puertas de Jerusalén. No saquéis tampoco carga de vuestras casas en sábado, ni hagáis trabajo alguno, antes bien santificad el sábado como mandé a vuestros padres.» Mas no oyeron ni aplicaron el oído, sino que atiesaron su cerviz sin oír ni aprender. Que si me hacéis caso —oráculo de Yahvé— no metiendo carga por las puertas de esta ciudad en sábado y santificando el día de sábado sin realizar en él trabajo alguno, entonces entrarán por las puertas de esta ciudad reyes que se sienten sobre el trono de David, montados en carros y caballos, ellos y sus oficiales, la gente de Judá y los habitantes de Jerusalén. Y durará esta ciudad para siempre. Y vendrán de las ciudades de Judá, de los aledaños de Jerusalén, del país de Benjamín, de la Tierra Baja, de la Sierra y del Negueb a traer holocaustos, sacrificios, oblaciones e incienso y a traer ofrendas de acción de gracias al templo de Yahvé. Pero si no me oyereis en cuanto a santificar el sábado y no llevar carga ni meterla por las puertas de Jerusalén en sábado, entonces prenderé fuego a sus puertas, que consumirá los palacios de Jerusalén, y no se apagará.
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