Jeremías  20, 11-13

Pero Yahvé está conmigo, cual campeón poderoso.
Y así mis perseguidores tropezarán impotentes;
se avergonzarán mucho de su imprudencia:
confusión eterna, inolvidable.
¡Oh Yahvé Sebaot, juez de lo justo,
que escrutas las entrañas y el corazón!,
vea yo tu venganza contra ellos,
porque a ti he encomendado mi causa.
Cantad a Yahvé, alabad a Yahvé,
porque ha salvado la vida de un pobrecillo
de manos de malhechores.
Ver contexto