Jeremías  23, 33-40

Y cuando te pregunte este pueblo —o un profeta o un sacerdote—: «¿Cuál es la carga de Yahvé?», les dirás: «Vosotros sois la carga, y voy a dejaros en el suelo —oráculo de Yahvé—.»
Y el profeta, el sacerdote o cualquiera que dijere: «Una carga de Yahvé», yo me las entenderé con él y con su casa. Así os diréis cada uno a su prójimo, y cada uno a su hermano: «¿Qué ha respondido Yahvé?, ¿qué ha dicho Yahvé?» Pero de eso de la «carga de Yahvé» no os acordaréis más, porque tal carga sería para cada uno su propia palabra. Porque trastornáis las palabras del Dios vivo, Yahvé Sebaot nuestro Dios. Así diréis al profeta: «¿Qué te ha respondido Yahvé?, ¿qué ha dicho Yahvé?» Pero como habléis de «carga de Yahvé», entonces así dice Yahvé: «Por haber dicho eso de carga de Yahvé por más que os avisé que no dijerais carga de Yahvé, por lo mismo, he aquí que yo os levanto en alto y os dejo caer a vosotros y a la ciudad que os di a vosotros y a vuestros padres. Y os pondré encima oprobio eterno y baldón eterno que no será olvidado.»
Ver contexto