Jeremías  25, 15-29

Así me ha dicho Yahvé Dios de Israel: Toma esta copa de vino de furia, y hazla beber a todas las naciones a las que yo te envíe; beberán y trompicarán, y se enloquecerán ante la espada que voy a soltar entre ellas. Tomé la copa de mano de Yahvé, e hice beber a todas las naciones a las que me había enviado Yahvé: (a Jerusalén y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus principales, para trocarlo todo en desolación, pasmo, rechifla y maldición, como hoy está sucediendo); al faraón, rey de Egipto, a sus siervos, a sus principales y a todo su pueblo, a todos los mestizos (a todos los reyes de Us); a todos los reyes de Filistea: a Ascalón, Gaza, Ecrón y al residuo de Asdod; a Edom, Moab y los amonitas, a (todos) los reyes de Tiro, a (todos) los reyes de Sidón y a los reyes de las islas de allende el mar; a Dedán, Temá, Buz; a todos los que se afeitan las sienes, a todos los reyes de Arabia y a todos los reyes de los mestizos habitantes del desierto; (a todos los reyes de Zimrí) a todos los reyes de Elam y a todos los reyes de Media, a todos los reyes del norte, los próximos y los remotos, cada uno con su hermano, y a todos los reinos que hay sobre la faz de la tierra. (Y el rey de Sesac beberá después de ellos.)
Y les dirás: Así dice Yahvé Sebaot, el Dios de Israel: Bebed, emborrachaos, vomitad, caed y no os levantéis delante de la espada que yo voy a soltar entre vosotros. Y si rehúsan tomar la copa de tu mano para beber, les dices: Así dice Yahvé Sebaot: Tenéis que beber sin falta, porque precisamente por la ciudad que lleva mi Nombre empiezo a castigar; ¿y vosotros, quedaréis impunes?: ¡no, no quedaréis!, porque a la espada llamo yo contra todos los habitantes de la tierra —oráculo de Yahvé Sebaot—.
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