Jeremías  25, 30-31

Tú, pues, les profetizas todas estas palabras y les dices:
Yahvé desde lo alto ruge,
y desde su santa Morada alza su voz.
Ruge contra su aprisco:
grita como los lagareros.
A todos los habitantes de la tierra
llega el eco, hasta el fin de la tierra.
Porque pleitea Yahvé con las naciones
y vence en juicio a toda criatura.
A los malos los entrega a la espada
—oráculo de Yahvé—.
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