Jeremías  27, 6-22

Ahora yo he puesto todos estos países en manos de mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y también los animales del campo le he dado para servirle (y todas las naciones le servirán a él, a su hijo y al hijo de su hijo, hasta que llegue también el turno a su propio país —y le reducirán a servidumbre muchas naciones y reyes grandes—). Así que las naciones y reinos que no sirvan a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y que no sometan su cerviz al yugo del rey de Babilonia, con la espada, con el hambre y con la peste los visitaré —oráculo de Yahvé— hasta acabar con ellos por medio de él. Vosotros, pues, no oigáis a vuestros profetas, adivinos, soñadores, augures ni hechiceros que os hablan diciendo: “No serviréis al rey de Babilonia”, porque cosa falsa os profetizan para alejaros de sobre vuestro suelo, de suerte que yo os arroje y perezcáis. Pero la nación que someta su cerviz al yugo de Babilonia y le sirva, yo la dejaré tranquila en su suelo —oráculo de Yahvé— y lo labrará y morará en él.»
A Sedecías, rey de Judá, le hablé en estos mismos términos, diciendo: «Someted vuestras cervices al yugo del rey de Babilonia, servidle a él y a su pueblo, y quedaréis con vida. (¿A qué morir tú y tu pueblo por la espada, el hambre y la peste, como ha amenazado Yahvé a aquella nación que no sirva al rey de Babilonia?) ¡No oigáis, pues, las palabras de los profetas que os dicen: “No serviréis al rey de Babilonia”, porque cosa falsa os profetizan, pues yo no los he enviado —oráculo de Yahvé— y ellos andan profetizando en mi Nombre falsamente; no sea que yo os arroje, y perezcáis vosotros y los profetas que os profetizan.»
Y a los sacerdotes y a todo este pueblo les hablé diciendo: «Así dice Yahvé: No oigáis las palabras de vuestros profetas que os profetizan diciendo: “He aquí que el ajuar del templo de Yahvé va a ser devuelto de Babilonia en seguida”, porque cosa falsa os profetizan. (No les hagáis caso. Servid al rey de Babilonia y quedaréis con vida. ¿Para qué ha de quedar esta ciudad arrasada?) Y si ellos son profetas y la palabra de Yahvé les acompaña, que conjuren, ea, a Yahvé Sebaot para que los objetos que quedaron en el templo de Yahvé, en la casa del rey de Judá y en Jerusalén no vayan a Babilonia. Porque así dice Yahvé Sebaot de las columnas, del Mar, de las basas y de los demás objetos que quedaron en esta ciudad, de los cuales no se apoderó Nabucodonosor, rey de Babilonia, al deportar a Jeconías, hijo de Joaquín, rey de Judá, de Jerusalén a Babilonia (así como a todos los nobles de Judá y Jerusalén). Sí, porque así dice Yahvé Sebaot, el Dios de Israel, respecto a los objetos que quedaron en el templo de Yahvé, en la casa del rey de Judá y en Jerusalén: A Babilonia serán llevados (y allí estarán hasta el día que yo los visite) —oráculo de Yahvé— (y entonces los subiré y devolveré a este lugar).»
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