Jeremías  3, 21-25

Voces sobre los calveros se oían:
rogativas llorosas de los hijos de Israel,
porque torcieron su camino,
olvidaron a su Dios Yahvé.
—Volved, hijos apóstatas;
yo remediaré vuestras apostasías.
—Aquí nos tienes de vuelta a ti,
porque tú, Yahvé, eres nuestro Dios.
¡Luego eran mentira los altos,
la barahúnda de los montes!
¡Luego por Yahvé, nuestro Dios,
se salva Israel!
La Vergüenza se comió el trabajo de nuestros padres
desde nuestra mocedad:
sus ovejas y vacas, sus hijos e hijas.
Echémonos en nuestra vergüenza,
y que nuestra confusión nos cubra,
ya que contra Yahvé nuestro Dios hemos pecado,
nosotros como nuestros padres,
desde nuestra mocedad hasta hoy,
y no escuchamos la voz de Yahvé nuestro Dios.
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