Jeremías  42, 15-22

¡pues bien! en ese caso, oíd la palabra de Yahvé, oh resto de Judá. Así dice Yahvé Sebaot, el Dios de Israel: Si vosotros enderezáis rumbo a Egipto y entráis como refugiados allí, entonces la espada que teméis os alcanzará allí en Egipto, y el hambre que receláis, allá os irá pisando los talones; y allí, en Egipto mismo, moriréis. Así sucederá que todos los que enderecen rumbo a Egipto como refugiados morirán por la espada, por el hambre y por la peste, y no les quedará superviviente ni evadido del daño que yo traiga sobre ellos. Porque así dice Yahvé Sebaot, el Dios de Israel: Como se vertió mi ira y mi cólera sobre los habitantes de Jerusalén, así se verterá mi cólera contra vosotros como entréis en Egipto, y seréis tema de imprecación y asombro, de maldición y oprobio, y no veréis más este lugar. Ha dicho Yahvé respecto a vosotros, resto de Judá: “No entréis en Egipto.” Podéis estar seguros que os lo he avisado hoy, que os estáis engañando a vosotros mismos, pues que vosotros me habéis enviado a vuestro Dios Yahvé diciendo: “Ruega por nosotros a nuestro Dios Yahvé, y cuanto diga nuestro Dios Yahvé nos lo declaras, que lo haremos.” Yo os lo he declarado hoy, pero no hacéis caso de vuestro Dios Yahvé en nada de cuanto me ha enviado a deciros. Ahora, pues, podéis estar seguros de que por la espada, el hambre y la peste moriréis en aquel lugar adonde deseáis refugiaros.»
Ver contexto