Jeremías  48, 29-33

Hemos oído la arrogancia de Moab:
¡es muy arrogante!,
su orgullo, su arrogancia, su altanería
y la soberbia de su corazón.
Conozco —oráculo de Yahvé— su presunción,
sé que sus bravatas no son como sus hechos.
Así que me lamentaré por Moab
y por Moab entera gritaré;
por los hombres de Quir Jeres suspiraré:
Más que se lloró a Yazer
lloraré por ti,
¡oh viña de Sibmá!
Tus sarmientos pasaban la mar,
hasta Yazer alcanzaban.
Sobre tu cosecha y sobre tu vendimia
el saqueador se abatió;
desaparecieron alegría y alborozo
de los vergeles del país de Moab,
y el vino a los trujales he quitado,
no se oye el grito alegre del pisador,
ya no se oyen gritos.
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