Jeremías  49, 16

El espanto que infundías te engañó,
la soberbia de tu corazón,
tú, el que habitas en las hendiduras de la roca,
que ocupas lo alto de la cuesta.
Aunque pongas en alto, como el águila, tu nido,
de allí te haré bajar —oráculo de Yahvé—.
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