Jeremías  5, 20-25


Con ocasión de una hambre(?).
Anunciad esto a la casa de Jacob
y hacedlo oír en Judá:
—Ea, oíd esto,
pueblo necio y sin seso
—tienen ojos y no ven,
orejas y no oyen—:
¿A mí no me temeréis? —oráculo de Yahvé—,
¿delante de mí no temblaréis,
que puse la playa por término al mar,
frontera que jamás traspasará?
Se agitará, mas no lo logrará;
mugirán sus olas, pero no pasarán.
Pero este pueblo tiene
un corazón traidor y rebelde:
traicionaron llegando hasta el fin.
Y no se les ocurrió decir:
«Ea, temamos a Yahvé nuestro Dios,
que da la lluvia temprana
y la tardía a su tiempo;
el que nos asegura las semanas
que gobiernan la mies.»
Todo esto lo trastornaron vuestras culpas
y vuestros pecados os privaron del bien.
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