Jeremías  9, 4-8

Se engañan unos a otros,
no dicen la verdad;
han avezado sus lenguas a mentir,
se han pervertido, (incapaces de convertirse).
Fraude por fraude, engaño por engaño,
se niegan a reconocer a Yahvé.
Por eso, así dice Yahvé Sebaot:
He decidido afinarlos y probarlos;
mas ¿cómo tratar a la capital de mi pueblo?
Su lengua es saeta mortífera,
las palabras de su boca, embusteras.
Se saluda al prójimo,
pero por dentro se le pone trampa.
Y por estas acciones, ¿no les he de castigar?
—oráculo de Yahvé—;
de una nación así,
¿no voy a vengarme?
Ver contexto