Jeremías 4, 31
“
Y entonces oí una voz como de parturienta,
gritos como de primeriza:
era la voz de la hija de Sión,
que gimiendo extendía sus palmas:
«¡Ay, pobre de mí, desfallezco
a manos de asesinos!»
”
gritos como de primeriza:
era la voz de la hija de Sión,
que gimiendo extendía sus palmas:
«¡Ay, pobre de mí, desfallezco
a manos de asesinos!»
”