Job  29, 11-17

Quien me oía, me daba la enhorabuena,
quien me veía, se ponía de mi parte,
pues yo libraba al pobre en apuros,
al huérfano privado de ayuda.
El descarriado me bendecía,
a las viudas devolvía la alegría.
La justicia era la ropa que vestía,
el derecho, mi manto y mi turbante.
Yo era ojos para el ciego,
yo era pies para el cojo,
yo era padre de los pobres,
abogado del desconocido.
Rompía los colmillos del inicuo,
le arrancaba la presa de los dientes.
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