Job  42, 10-17


Yahvé rehace la hacienda de Job.
Yahvé cambió la suerte de Job después de haber intercedido por sus amigos, y duplicó todas sus posesiones. Fueron a verle todos sus hermanos y hermanas, junto con sus conocidos, y comieron en su casa. Se lamentaron y le consolaron por la desgracia que le había infligido Yahvé. Cada uno le regaló una moneda de plata y un anillo de oro. Yahvé bendijo ahora a Job más que al principio, pues se hizo con catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil burras. Tuvo también siete hijos y tres hijas. A la primera le puso el nombre de «Paloma», a la segunda
da «Acacia» y a la tercera «Frasco de perfumes». No había en todo el país muchachas más hermosas que las hijas de Job. Su padre las hizo herederas junto con sus hermanos.
Job vivió después ciento cuarenta años, y conoció a sus hijos, nietos y bisnietos. Job murió anciano tras una larga vida.
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