Joel  4, 15-17


El Día de Yahvé.
El sol y la luna se oscurecen
y las estrellas pierden su brillo.
Yahvé ruge desde Sión,
desde Jerusalén alza su voz:
¡el cielo y la tierra se estremecen!
Pero Yahvé será un refugio para su pueblo,
una fortaleza para los hijos de Israel.
«Sabréis entonces
que yo soy Yahvé vuestro Dios,
que habito en Sión, mi monte santo.
Jerusalén será lugar santo
y los extranjeros no volverán a pasar por ella.»
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