Josué 10, 26-27

Acto seguido, Josué los hirió, les dio muerte y los hizo colgar de cinco árboles, de los que quedaron colgados hasta la tarde.
A la hora de la puesta del sol, a una orden de Josué, los descolgaron de los árboles y los arrojaron a la cueva en que se habían escondido, y echaron unas piedras grandes a la boca de la cueva: allí están todavía hoy.
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