Josué 17, 12-18

Los hijos de Manasés no pudieron apoderarse de estas ciudades y los cananeos lograron mantenerse en aquel país. Pero, cuando los israelitas se hicieron más fuertes, sometieron a los cananeos a servidumbre, aunque no llegaron a expulsarlos.

Reclamación de los hijos de José.
Los hijos de José se dirigieron a Josué y le dijeron: «¿Por qué no me has asignado en heredad más que una suerte, una sola porción, siendo tan numeroso como soy porque Yahvé me ha bendecido?» Josué respondió: «Si eres un pueblo tan numeroso sube a los bosques y tala árboles para ti en la región de los perizitas y de los refaítas, pues la montaña de Efraín es demasiado estrecha para ti.» Los hijos de José respondieron: «La montaña no nos basta, y todos los cananeos que habitan en el llano tienen carros de hierro, lo mismo los de Betsán y sus filiales que los de la llanura de Yizreel.» Josué dijo a la casa de José, a Efraín y a Manasés: «Eres un pueblo grande y tienes mucha fuerza; no tendrás sólo un lote, sino que tendrás también la montaña; está cubierta de bosques, pero tú la talarás y será tuya esa región; y expulsarás al cananeo, aunque tiene carros de hierro y es muy fuerte.»
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