Juan  12, 46-50

Yo, la luz, he venido al mundo
para que todo el que crea en mí
no siga en las tinieblas. Si alguno oye mis palabras y no las guarda,
yo no le juzgo,
porque no he venido para juzgar al mundo,
sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras,
ya tiene quien le juzgue:
la palabra que yo he hablado,
ésa le juzgará el último día; porque yo no he hablado por mi cuenta,
sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado
lo que tengo que decir y hablar, y yo sé que su mandato es vida eterna.
Por eso, lo que yo hablo
lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí.»
Ver contexto