Jueces 1, 27-35


Las tribus septentrionales.
Manasés no se apoderó de Betsán y sus filiales, ni de Tanac y sus filiales. No expulsó a los habitantes de Dor y sus filiales, ni a los de Yibleán y sus filiales, ni a los de Meguidó y sus filiales: los cananeos siguieron ocupando el territorio. Sin embargo, cuando Israel cobró más fuerza, sometió a los cananeos a tributo, aunque no llegó a expulsarlos. Tampoco Efraín expulsó a los cananeos que habitaban en Guézer, de manera que los cananeos siguieron viviendo en Guézer, en medio de Israel. Zabulón no expulsó a los habitantes de Catat, ni a los de Nahalal. Los cananeos se quedaron en medio de Zabulón, pero fueron sometidos a tributo. Aser no expulsó a los habitantes de Aco, ni a los de Sidón, de Majaleb, de Aczib, de Jelbá, de Afec, ni de Rejob. Los aseritas se establecieron, pues, entre los cananeos que habitaban en el país, porque no los expulsaron. Neftalí no expulsó a los habitantes de Bet Semes, ni a los de Bet Anat, y se estableció entre los cananeos que habitaban en el país; pero los habitantes de Bet Semes y de Bet Anat fueron sus tributarios. Los amorreos rechazaron hacia la montaña a los hijos de Dan, sin dejarles bajar a la llanura. Los amorreos se mantuvieron en Har Jeres, en Ayalón y en Saalbín, pero luego cargó pesadamente sobre ellos la mano de la casa de José y fueron reducidos a tributo.
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